jueves, 10 de octubre de 2013

NUESTRA REALIDAD EDUCATIVA



Los momentos, las circunstancias, condiciones y demandas... entre otras variables... son las oportunidades que como maestros se nos presentan cada día para reflexionar de manera pro activa sobre lo que ha sido, es y será nuestra actuación desde la labor docente.

Si bien el acto de educar mirado integralmente es asumido como aquel intencionado formar para la actuación biopsicosocial y, el de prepara o instruir para el desempeño competente desde lo académico y laboral, es desde ahí donde se han centrado nuestras prácticas didácticas, en donde por direccionamientos gubernamentales se debe dar "estricto cumplimiento" a una serie de regulaciones académicas dadas dentro del marco "plan de estudio", a responder a un enfoque de "modelo pedagógico" que si bien en la teoría está concebido como un híbrido de diferentes pensamientos y tendencias educativas, la acción directa sobre la estructura y la practica educacional no es la base sobre la cual se ha de soportar el que hacer sistémico y cotidiano  de lo educativo, puesto que el afán que desde el inconsciente colectivo como demanda social y cultural es que el estudiante "gane el año", como maestros estamos enfocados a acudir a estrategias didácticas tradicionales, a retomar y hacer uso de materiales didácticos simples, a limitaciones de cobertura operativa (necesaria y suficiente), a estar formado y preparados para adecuar lo curricular y didáctico centrado en una nueva tendencia tecnológica educativa...esa es nuestra realidad actual.

De esta forma, es válido hacer un reconocimiento de las dificultades que tenemos para adecuar las nuevas tecnologías a las vivencias del quehacer en el aula, que a pesar de no ser pensadas, como recurso didáctico indirectamente si son retomadas y aplicadas, pero de manera simple y sin ser éstas el centro de la práctica didáctica.    

Es esta una de las razones por las cuales como docentes debemos formarnos y prepararnos para adecuar lo curricular y lo didáctico, enfocados en que nuestro pensamiento educativo tenga como centro de acción conceptos como el de ingeniería, tomada como un conjunto de conocimientos, técnicas científicas, aplicación a la creación, diseño, modificación y adecuación, con la utilización de la tecnología, igualmente ver el pensamiento computacional,  como la forma en que se realizan las actividades cotidianas, pensadas desde la organización del espacio, la resolución de problemas, la estructuración de la clase, clasificación de la información, entre otras actividades que desarrollamos en nuestra aula de clase, que aunque no son pensadas  en forma concreta como recurso didáctico, estratégico e innovador se trabajan, el problema radica en que no trasciendan y que no sean procesos consientes tanto para nosotros como docentes como para nuestros estudiantes. 

Es así, como debemos visionar nuestra educación donde nosotros seamos actores dinámicos en un universo global, que a cada instante nos está generando inquietudes y alternativas que nos permiten nuevas miradas, nuevos pensamientos, donde se le permita al estudiante pensar, crear, reflexionar y analizar dentro de su contexto y donde lo formativo no pierda el horizonte, en el cual se pretende formar hombres y mujeres que actúen con criterios , que sean competentes,  pero que a la vez no pierdan la esencia de la civilidad, la ética y la moral... es decir, TECNIFIQUEMOS LA PRACTICA, PERO AFIANCEMOS LA ESENCIA HUMANA DEL SER.        











No hay comentarios:

Publicar un comentario