Culmino satisfactoriamente el primer semestre de mi maestría, y siento que me llevo con él muchos aprendizajes tanto profesionales como personales; aprendizajes que han enriquecido mis conocimientos porque he comprendido que la educación en sí es un paradigma cambiante, que no todo esta dicho, y no todo está escrito, que cada que exploras te encuentras con cosas nuevas que te llevan a formar parte de la calidad de la educación; que tu mundo como maestro siempre debe de girar en torno a esos seres que siempre esperan lo mejor de ti: tus estudiantes. De igual manera comprendí que el quehacer del maestro no se centra en el transmitir contenidos, mas sí, en generar ambientes que inciten y motiven el aprender y el lograr en los estudiantes la adquisición y apropiación de competencias de orden académico y formativo que les faciliten el avance con éxito a otros niveles de escolaridad, igual que reconocer, estimular, comprender, aceptar y valorar en ellos sus diferentes condiciones, así como sus formas, maneras, ritmos y estilos de aprendizaje.
Me siento feliz y cabe destacar que vale la pena adquirir nuevos conocimientos, y estar en constante actualización, es verdad que se requiere de mucho esfuerzo, sacrifico y dedicación, pero el día de mañana éstos se verán positivamente reflejados en los frutos de la siembra que con amor y dedicación se adquiere en cada nuevo aprendizaje que obtienes en bien de una mejor educación y en el alcance de las competencias de tus estudiantes.
Para concluir, siento que como maestra tengo la responsabilidad de asumirme como una verdadera profesional en la educación, y es por esto que trato de estar en continuo estado de formación y actualización para sumar valor a mis saberes específicos y para adoptar posturas, pensamientos, metodologías, y estrategias que me lleven a crear ambientes de aprendizajes significativos para mis estudiantes.
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